VOX sería el único partido que crece en Andalucía según el último sondeo publicado por GAD3

En el contexto político actual de Andalucía, las proyecciones electorales indican un panorama complejo y lleno de matices para las principales fuerzas políticas de la región. Según las últimas encuestas, el Partido Popular (PP) de Juanma Moreno podría mantener la mayoría absoluta, aunque con un ligero descenso en el número de escaños, pasando de 58 a 56, lo que le dejaría apenas uno por encima de la barrera de la mayoría. Este resultado, aunque relativamente positivo en términos de estabilidad, sugiere una posible desafección del electorado que merece un análisis más profundo.
Por otro lado, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) enfrenta una situación desalentadora, ya que se espera que pierda un diputado, concluyendo con un total de 29. Este resultado sería el peor en su historia reciente, lo que plantea preguntas sobre la efectividad de su estrategia política y su capacidad para conectar con los votantes. La pérdida de respaldo social podría ser un síntoma de descontento generalizado ante su gestión y propuestas.
Mientras tanto, las fuerzas de la extrema izquierda, representadas por Por Andalucía y Adelante Andalucía, parecen mantener su actual representación en el arco parlamentario andaluz. Con 5 y 2 diputados respectivamente, estos partidos logran consolidar sus posiciones, lo que indica que, a pesar del contexto competitivo, hay un segmento del electorado que sigue apostando por alternativas a las tradicionales.
En resumen, el escenario electoral andaluz se perfila como un campo de tensiones y oportunidades para los partidos políticos. La configuración actual sugiere que, ante la inminencia de los comicios, tanto el PP como el PSOE deberán reflexionar sobre sus estrategias y la manera en que se relacionan con los ciudadanos. Por su parte, la continuidad de fuerzas de la extrema izquierda podría abrir nuevas vías de diálogo y confrontación en un parlamento que se prevé fértil en debates y disputas ideológicas. Estos resultados, en conjunto, apuntan hacia un futuro político en el que la adaptabilidad y la conexión con los electores serán fundamentales para el éxito de cualquier partido.