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### La Desilusión de la Conferencia de Presidentes: Una Reflexión de García-Page
La reciente reunión de la Conferencia de Presidentes, celebrada en Barcelona, ha dejado un sabor amargo en la boca de muchas comunidades autónomas, especialmente en el caso del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. En una rueda de prensa posterior al encuentro, García-Page no dudó en expresar su tristeza y decepción, señalando que la reunión se había convertido en un juego de tactismo político que ha obstaculizado avances significativos en cuestiones cruciales como la financiación autonómica.
El líder castellanomanchego describió la actual situación política en España como «tensa» y «dolorosa», caracterizándola como un «callejón sin salida». Esta analogía del «puzzle roto» revela la frustración que sienten muchos líderes regionales al ver que las piezas del engranaje político no encajan, lo que dificulta cualquier posibilidad de acuerdo en un ambiente de frentismo asfixiante. García-Page ha sido claro al señalar que, sin un compromiso real y un calendario para un nuevo modelo de financiación, la situación actual es insostenible.
La reunión culminó sin una votación sobre la financiación autonómica, lo cual no sorprende, dado el panorama político actual. García-Page, consciente de la realidad, enfatizó que no espera milagros, pero sí un mínimo de diálogo que pueda conducir a soluciones. Su solicitud reiterada para que las comunidades autónomas dispongan de un calendario de trabajo ha quedado sin respuesta, lo que refuerza su percepción de un estancamiento en las negociaciones.
Además, el presidente abordó la polémica suscitada por la decisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de ausentarse durante la intervención del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, quien habló en catalán. García-Page defendió el uso de las lenguas en los foros autonómicos, señalando que el problema radica en quienes utilizan el idioma como un arma arrojadiza o excluyente. Según su perspectiva, Illa no encarna ese problema, lo cual invita a una reflexión más profunda sobre la diversidad lingüística y cultural de España.
En conclusión, la Conferencia de Presidentes ha dejado claro que hay grandes retos por delante y que la colaboración entre comunidades autónomas es más crucial que nunca. La esperanza es que, a pesar del desánimo actual, se logre encontrar el camino hacia un diálogo constructivo y acuerdos que beneficien a todos los ciudadanos. La política no debe ser un juego de egos, sino un medio para construir un futuro mejor.