Así vandalizan los independentistas una heladería en Barcelona por no hablar catalán

El independentismo catalán ha mostrado su rostro más intolerante al atacar una heladería en Barcelona. El motivo fue que un empleado no entendió a una clienta que pedía en catalán y necesitó ayuda para traducir una palabra. La pareja de un consejero de ERC denunció discriminación lingüística en redes sociales y pidió un boicot. Sectores radicales se sumaron a la campaña de odio, deseando que el negocio cerrara. El caso demuestra cómo se usa el idioma como arma política. Una simple confusión se transformó en una causa para el señalamiento. La clienta reconoció que el empleado no la entendía, pero se negó a cambiar de idioma. Este episodio muestra una actitud de confrontación que busca la división en lugar de la convivencia.